Lo peor: enfermarse.

Tan común y tan desalentador, enfermarse siendo un foráneo es toda una aventura que todos pasan, pero que no se le desea a nadie.

Enfermarse cuando no están tus padres realmente es desanimador, ya que no hay nadie que pueda consentirte, a menos que tu novi@ viva contigo o cerca de ti. Pero lo más común es que en esos días te ataque una fuerte flojera, depresión y falta de ganas para hacer todo.

Lo más común y lo más tranquilo que puede ocurrirte es enfermarte de gripe y en realidad sólo te queda comprar un antigripal, unos Kleenex y taparte con todas las chamarras y sarapes que tengas para recuperarte lo más pronto posible.

Aunque también existe una posibilidad de que te enfermes de algo más grave que requiera de una hospitalización o de sesiones en el hospital (esto no se le desea a nadie) y al encontrarte solo, únicamente cuentas con tu celular y con suerte, con un amigo que quiera ayudarte a transportarte o acompañarte. En estos casos es recomendable contactar a tus padres lo más pronto posible para que estén al tanto de tu estado de salud.